sábado, 10 de mayo de 2014

La Despedida.

No pude despedirme de él porque su partida fue repentina, me tomo por sorpresa un domingo de principios de enero. No hay nada más difícil para un deudo o sobreviviente que no poder decir adiós, muchos imaginan que quién parte lo último que recordará de nosotros es lo último que le dijimos, lo mal que nos portamos con ellos en algún momento o aquello que les ocultamos u omitimos, por eso nos aferramos a  la despedida a expresar con palabras lo que sentimos, esperando que esto sea lo último que recuerden de nosotros.

Con el tiempo descubrí que las despedidas son para nosotros, que nos sirven para hacernos menos dura la perdida, para poder soltarlos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario