sábado, 10 de mayo de 2014

El Dolor.

Hay dos formas de sentir dolor; en una de ellas la persona expresa profusamente su sentir llora, grita, se desmaya, vomita, pelea, agrede e involucra a todos a su alrededor en sus emociones, en la otra la persona no expresa su sentir de manera tan expresiva llora a solas, siente ahogarse, no puede respirar y se aísla. 

Yo pertenezco al segundo grupo.

Viví mi duelo inicial de manera muy rápida, hay cosas que no recuerdo de esa primera semana, a decir verdad no recuerdo mucho, solo que no tenía sueño nunca, ni hambre, ni sed, ni frío, que me bañe porque mi mamá me lo pidió, que ella escogió mi ropa toda esa semana, que cepillo mi cabello como cuando era niña y que me pasaba el cepillo de dientes al que ella misma le ponía pasta.

Había perdido a alguien importante en mi vida y parecía como si yo no pudiera sentir más nada, pero si sentía; el dolor estaba dentro de mí y se quedo ahí durante tres años.

Cuando el dolor de la perdida se clava dentro de ti, es difícil sacarlo de ahí, me dedique a "estar bien", a hacer aquello que siempre quise, a aprender cosas nuevas y hasta ser un poco menos cuadrada, pero ninguna de estas cosas aliviaba lo que sentía, mientras más parecía ir hacia arriba más abajo me hundía.

Hasta que un día  por fin estaba en el fondo, sin más abajo a donde ir y empezar a subir era lo único que podía hacer. No ha sido fácil, pero cada vez me acerco más a la salida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario